Los deportes como el fútbol, el vóleibol y el rugby concentran a miles de millones de personas. Ya se trate de mirar o de jugar un partido, el centro de atención siempre es el balón. Sin embargo, las personas que confeccionan esos balones suelen quedar ocultas a la vista, trabajando en condiciones precarias, con ingresos muy bajos.
En colaboración con los consumidores y comerciantes, Fairtrade empodera a los trabajadores para que puedan cambiar esta situación deficiente y obtener lo que les corresponde en el negocio mundial de los balones deportivos.
Elegir balones deportivos Fairtrade marca la diferencia
Coser un balón a mano es un trabajo detallista: por lo general, un balón de fútbol consta de 20 paneles hexagonales y 12 paneles pentagonales que primero deben cortarse y luego coserse entre sí con 18 metros de hilo y 650 puntadas de precisión. En Pakistán hay fábricas que producen alrededor del 70 % de todos los balones deportivos cosidos a mano; China, India, Tailandia y Vietnam también son importantes protagonistas de la industria.
Los turnos de 12 horas y las semanas laborales de 6 y 7 días son lo habitual; y las mujeres y los niños se ven afectados de manera especial. Por lo general, a quienes cosen los balones se les paga por unidad terminada y no por hora. Las mujeres —que representan la mayor parte de la fuerza laboral en el sector— son objeto de discriminación y acoso. Debido al bajo salario que perciben, muchos trabajadores dejan de enviar a sus hijos a la escuela a una edad temprana para que cosan balones. A fin de complementar un ingreso bajo, los trabajadores a menudo ejercen una ocupación secundaria como pequeños agricultores.
Fairtrade certifica balones de fútbol, balonmano, vóleibol y rugby. Los estándares de Fairtrade cubren todos los balones deportivos cosidos a mano, cosidos a máquina y ligados por soldadura térmica. La gran mayoría de los balones deportivos Fairtrade son cosidos a mano, debido a que ese método ofrece el mejor equilibrio entre rendimiento, durabilidad y accesibilidad de precio.
- Los Estándares Fairtrade para Balones Deportivos exige que los trabajadores perciban no menos del salario legal mínimo o promedio regional a la fecha de la certificación inicial. Partiendo de esa base, la organización tiene que mejorar gradualmente el salario y las condiciones laborales de los trabajadores.
- Los trabajadores de cada empresa certificada eligen un Comité para la Prima Fairtrade; el Comité administra el cobro y el uso de la Prima Fairtrade, que consiste en un 10 % adicional al precio de exportación del balón. Una Asamblea General de trabajadores, donde cada trabajador tiene un voto, toma las decisiones sobre el uso de los fondos de la Prima. La intención de la Prima Fairtrade es posibilitar que los trabajadores abocados a la manufactura de balones deportivos impulsen el desarrollo económico, social y ambiental de sus comunidades.
- A fin de prevenir el riesgo de trabajo infantil y otras formas de explotación, los Estándares Fairtrade para Balones Deportivos prohíbe a las fábricas incentivar o permitir a los trabajadores realizar el trabajo en su casa. En lugar de ello, se han destinado fondos de la Prima a crear junto a las fábricas centros de cuidado de niños, donde las trabajadoras pueden dejar a sus hijos en condiciones seguras durante el horario laboral. También se han dado cursos gratuitos de informática a los trabajadores y sus hijos.
Sin el balón, no se puede jugar. ¿No te parece que es hora de que también a los trabajadores que lo han confeccionado les toque un juego justo? No podemos prometer que tu equipo ganará el partido si usas un balón certificado Fairtrade, pero al menos sabemos que elegir un balón certificado Fairtrade es un gol a favor de la sostenibilidad de las personas y el planeta.
Consulta aquí el estándar Fairtrade para balones.