¡Feliz Día Mundial del Café! Ya sea que sea tu primer sorbo del día o estés a punto de tomar su estimulante vespertino, te invitamos a hacer una pausa por un momento y reflexionar sobre cómo esta simple infusión te conecta con el amplio mundo fuera de su ventana, y a los más de 25 millones de productores de café que desempeñan el papel más crítico en el círculo de suministro de café.
La pandemia nos ha impactado a cada uno de nosotros, iluminando las innumerables formas en que estamos conectados, revelando que las decisiones que tomamos a diario probablemente resonarán en comunidades al otro lado del mundo. Nos ha ofrecido la oportunidad de reconsiderar hábitos, cambiar nuestras prioridades y reexaminar nuestros valores. Irónicamente, el acto de distanciamiento social puede haber centrado nuestra atención en cuán conectados estamos todos, así como en nuestra necesidad de conectarnos con nuestros valores más profundos de forma regular.
El café, casi más que cualquier otra bebida, conecta al mundo. Pasa por innumerables manos en varios continentes en su viaje hacia tu taza matutina favorita. Pero esta larga y complicada cadena de partes interesadas interconectadas se ha vuelto cada vez más frágil en los últimos años. La pandemia ha revelado cómo las interrupciones en las líneas de carga globales impactan directamente en las economías, producen escasez e incluso pueden afectar la política.
Si bien el cultivo de café nunca ha sido fácil, el cambio climático ha presentado una ola de desafíos sin precedentes que ponen a las comunidades cafeteras en un riesgo aún mayor. Si bien los comerciantes, tostadores y minoristas de café han desarrollado herramientas sofisticadas para ayudar a mitigar el riesgo y protegerse de la inevitable volatilidad inherente a la industria del café, los productores enfrentan una presión cada vez mayor para producir café consistente y de alta calidad de manera sostenible a precios que a menudo caen por debajo de su propio coste de producción. El modelo tradicional de comercio, sencillamente, no es sostenible.
La certificación Fairtrade es el sello ético más reconocido y respetado en el mundo de hoy, y ofrece a la industria del café y a los consumidores la oportunidad de unirse a su red global basada en valores compartidos, una que se enfoca en mejorar la calidad de vida de los caficultores al mismo tiempo que entraga una calidad aún mayor en tu taza diaria.
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