El panorama cafetero ha cambiado drásticamente desde 2019 y, aunque todavía recordamos las protestas callejeras masivas de los caficultores colombianos contra los precios bajísimos, y las interminables procesiones de productores centroamericanos que se dirigen al norte hacia un futuro mejor, hoy los que tienen café para vender están contentos. Los precios del mercado de valores han aumentado considerablemente en los últimos meses y la escasez local ha hecho subir aún más los precios del mercado interno, lo que ha dado como resultado precios del café nunca antes vistos por la generación actual de productores de café en Colombia.

Es en este momento cuando Fairtrade concluye un proceso sólido para definir el primer conjunto de Precios de Referencia del Ingreso Vital (LIRP) para el café. Impulsado por la crisis de precios de 2019, Fairtrade se embarcó en un viaje para abordar los precios insosteniblemente bajos del café e identificar la combinación de condiciones para que los pequeños productores se ganen la vida dignamente con el café. Sin saber lo suficiente sobre el desempeño real de su granja, se introdujeron herramientas de registro para recopilar datos sobre los gastos e ingresos de las cooperativas y establecer una línea de base. Los ingresos reales se compararon con un ingreso vital. Además, un análisis de los niveles de productividad actuales ayudó a definir los rendimientos objetivo alcanzables de manera realista y se determinó un tamaño de finca viable basado en el principio de que un productor a tiempo completo debería poder ganarse la vida con los ingresos de la finca.

Fairtrade convocó a un grupo de expertos colombianos en café y partes interesadas clave para un análisis técnico exhaustivo del modelo de precios de ingresos dignos. Luego de seis meses de discusiones para determinar los valores apropiados para cada una de las variables en el modelo, se descubrieron los Precios de Referencia del Ingreso Vital para el café convencional y orgánico. Para obtener más información, lea la nota explicativa aquí (en inglés).

Para Víctor Cordero, gerente general de la cooperativa de productores Red Ecolsierra en la Sierra Nevada de Santa Marta, participar en la mesa técnica ha sido fundamental: “Reclamar una renta digna es perfectamente factible cuando se articula con el otro extremo de la cadena, que es, el origen con el destino. Si nuestros tostadores y nuestros clientes en destino reconocen este precio, nuestras familias seguramente tendrán un ingreso decente”.

Un precio de referencia de la renta vital no solo permite a los productores invertir en sus granjas y permitirse un nivel de vida decente, sino que también los hace más resistentes para hacer frente a las crisis, como las crisis de precios, los desastres naturales o las pandemias, que son cruciales a largo plazo para la sostenibilidad a plazo del sector cafetero.

¿Y adivina qué? Desde junio de este año, los precios del mercado interno en Colombia han superado el rango de LIRP establecido, lo que demuestra que es posible pagar un precio sostenible.

El aislado pueblo de Planadas en Colombia, una vez cuna de la guerrilla de las FARC y territorio infame de cultivo de amapolas, hoy “vive, huele y sabe a café”, según Camilo Enciso, Gerente General de la organización de productores ASOPEP. Unas 300 familias cafeteras que integran ASOPEP, le han confiado la forma de asegurar los precios actuales a largo plazo. Este es un gran desafío para todos los líderes de las cooperativas de café cuyos miembros dependen de su capacidad para negociar precios sostenibles para su café. Poder demostrar qué precio se necesita es clave para convencer a sus compradores, como hicieron Camilo y Víctor.

Como siguiente paso, Fairtrade estará diseñando proyectos piloto con socios comerciales comprometidos y las organizaciones de productores de donde proceden, para implementar Precios de Referencia de Ingresos Vitales y abordar otras variables necesarias para un ingreso vital.

Víctor anuncia: “Vamos a iniciar un proyecto piloto que seguramente permitirá a nuestros socios mejorar su estabilidad económica, recibir un precio justo, pero lo más importante, obtener el reconocimiento de que este precio es fundamental para seguir entregando un café de altos estándares de calidad al mercado, un café certificado de Comercio Justo que valora el trabajo de las familias en origen”.